domingo, 20 de mayo de 2012

Entrevista de placer

Mañana tengo la entrevista de trabajo más larga y exótica de mi vida. La Gomera, de lunes a miércoles...
¡Allá vamos!
Hotel Jardín Tecina, La Gomera
Cuando toqué fondo hace 6 meses, pensé: "A partir de aquí, solo puedes ir para arriba. Empezaré de cero". ¿Cómo sería vivir en La Gomera? Una isla volcánica con 23.000 habitantes, alejada del mundo, salvaje, rodeada de naturaleza, de mar, lejos de la superficialidad de Madrid, del asfalto, los centros comerciales, el ruido, la contaminación, el mundo de la noche... Quizás debería dar el salto y lanzarme a la aventura, estrenar una vida nueva, lejos de aquí...
Estoy ansiosa por ver cómo es aquello, cómo es la gente, el entorno, el estilo de vida.
Ojalá nos gustemos, ojalá me den la oportunidad de intentarlo. Creo que podría hacerlo bien, voy a darme al 100%.

viernes, 11 de mayo de 2012

Imprevisto y no visto

La otra noche, en Dénia, fui con una amiga a un concierto de música en vivo. La cantante tenía un chorro de voz impresionante, pero no le daba rollo a los temas. Le faltaba sentimiento... ¡Pasión! Al terminar la actuación mi amiga pilló a la encargada por banda y se puso a hablar con ella. Por las muecas que ponía aquella mujer empecé a sospechar que mi amiga tramaba algo...

Al poco rato la encargada se subió al escenario y sentí sus ojos clavados en mí, mientras anunciaba por el micro: "Pido un fuerte aplauso para una gran cantante venida desde Madrid, que espero acepte subir a cantar conmigo". Tragué saliva y noté cómo me iban subiendo los colores, mientras sentía caer el peso de la responsabilidad sobre mis hombros. Con toda la dignidad que fui capaz de reunir en aquellos segundos me puse de pie, me estiré el vestido y me subí al escenario a cantar Rehab de Amy Winehouse con aquella mujer. Surrealista.

Esos cinco minutos se me hicieron eternos y amé-odié a mi amiga con toda mi alma por haberme metido en aquel lío. Sin embargo, he de admitir que siempre recordaré esa noche como una experiencia divertidísima y gratificante. ¡Nos lo pasamos de lujo! De hecho, cuando terminamos, la encargada me sugirió volver algún día para cantar sola con mi propio repertorio. Con los ojos como platos y súper satisfecha con mi performance improvisada le di las gracias y volví a cantarle las cuarenta y echarme buenas risas con mi amiga / manager.

En definitiva: ¿Psicólogos? ¿Pastillas? La receta para ser felices se escribe con estos momentos inolvidables, con gente maravillosa, con experiencias únicas y memorables.

martes, 1 de mayo de 2012

El Proceso

Ayer terminé el proceso para un trabajo que me llena de ilusión y para el que me siento muy preparada. Es un puesto de Técnico de Comunicación - Community Manager para el que apliqué hace dos semanas. Me llamaron de la empresa de reclutamiento esa misma tarde para convocarme a una entrevista al día siguiente.

Tras unos 30 minutos la entrevistadora me reveló el nombre de la empresa que ofrecía el puesto. Las pupilas se me dilataron y empecé a balbucear. ¡El puesto perfecto en la empresa perfecta! Ella sonrió y me preguntó si tenía un par de horas para continuar con el proceso: una entrevista en inglés con una persona nativa, una prueba escrita de inglés, un test de personalidad y otro de comprensión verbal. Salí de allí a las 18:20h bastante aturdida, pero feliz.

Un par de días más tarde me llamaron para convocarme a una nueva entrevista con el departamento de RR.HH. de la empresa. Estaba exultante. Me reuní con una mujer que me pidió que le narrara historias, experiencias concretas con todo lujo de detalles. Me bloqueé en algunos momentos, pero me defendí relativamente bien. Al finalizar, me convocó a una nueva entrevista, el lunes siguiente, con la que sería mi jefa. Salí a la calle radiante. Me sentía poderosa.

Después de realizar un test psicolaboral desde casa, ayer volví a la empresa. A las 09:55h entraba por la puerta y preguntaba por la Directora de Comunicación. Me dijeron que aún no había llegado. Esperé impaciente... Por fin apareció y nos metimos en una sala de reuniones. Me contó que acababa de llegar de viaje y nadie le había avisado de que tenía una entrevista. La situación me hizo sentir insegura y me desestabilicé. Se despidió de mí con un críptico: "Pase lo que pase, suerte".

Trato de seguir proyectando buenas vibraciones en este proyecto... Aprieto fuerte los puños, con los ojos cerrados. Creo. Sueño. Ojalá.